Por
Yolanda Silva Solano
Jesús, vivió 30 de sus
33 años de vida terrestre en casi un total anonimato, el tuvo una infancia, una
adolescencia y una adultez como la de cualquiera de su edad en aquel tiempo y
lugar. Así aprendió “a cumplir con sus obligaciones, a sobreponerse a sus
desilusiones y a no amilanarse cuando sus planes se frustraban. Aprendió a ser
equitativo y justo aun ante la injusticia, aprendió también a ajustar sus
ideales de vida espiritual a las demandas prácticas de la vida terrestre” 1405
Por eso,
Jesús comprende al ser humano, porque él vivió en carne propia todas sus
emociones y también sus limitaciones y porque conocía la mentalidad del hombre,
muchas de sus enseñanzas de su vida pública, nos las entregó a través de sus
parábolas. El recurría a lo común y cotidiano para que al ciudadano también
común, le fuese más fácil el comprender la Verdad, porque “la religión de
revelación, deberá siempre limitarse por la capacidad del hombre para recibirla”
1007
Como a pesar de los siglos
transcurridos, la mentalidad humana sigue siendo casi la misma, esta semana
quiero compartir un escrito, que no tiene nada que ver con el Libro de Urantia,
pero que grafica muy bien sus enseñanzas, respecto a que Jesús se hizo uno de
nosotros, para enseñarnos que Dios es nuestro Padre y todos los hombres son
nuestros hermanos, por tanto nuestra espiritualidad debe estar motivada y
fundamentada en nuestra filiación divina.
Les ruego que abran el corazón y lean lo que sigue:
YO ESTOY CONTIGO
Cuenta una madre, que cuando su hijo mayor apenas era un niño de tan solo dos
años, fue sometido a una cirugía. La enfermera entró con una inyección de
la anestesia.
El muchacho, mirando con miedo, comenzó a lloriquear, y la enfermera dijo: -No llores, no te va a doler El niño miro como si preguntará en silencio: -¿Es verdad que no me va a doler? -Si te va a doler, hijito, pero aquí esta mi mano, dijo la madre. Si te duele mucho, Aprieta mucho. Si te duele poco aprieta poco. Yo estaré aquí contigo. ¿Entendiste? Cuantas veces miramos a Dios y preguntamos:
¿Va a doler? Y Él, con su voz de padre amable, nos consuela: -Si te va a doler, hijo. En este mundo de tristezas y lágrimas, muchas Cosas te van a doler, pero aquí esta mi mano. Nunca estarás solo, yo siempre
estaré contigo.
Tomado de: "Hágase
rico espiritualmente"
¿Verdad qué valía la pena
compartir este relato simple, pero verdadero?
Dios está siempre con
nosotros, pero como no lo vemos, su presencia se nos olvida y la gran mayoría
de las veces, sufrimos en vano, porque el temor y el miedo, oscurecen nuestro
entendimiento y se nos olvida que el sufrimiento es una energía que podemos
reciclar y que en vez de desecharla, la podemos utilizar para nuestra propia evolución,
pues “los mortales tan sólo pueden aprender la sabiduría, a través de la
experiencia de las tribulaciones” 556
Dios, no es ese Dios lejano y
ajeno a nuestras preocupaciones cotidianas, El no reside en lugares especiales
para el culto, El está en nuestra propia alma, siempre dispuesto a ayudarnos.
“El corazón del Padre no se cierra jamás a las necesidades y solicitudes de sus
hijos, son ellos los que se olvidan de El y le cierran el su corazón” 64
“Cuando el hombre pierde de
vista el amor de un dios personal, el reino de Dios, se convierte solamente en
el reino del bien” lo cual no es suficiente, porque estamos ignorando que “la
mayor revelación del amor de nuestro Padre, se ve en la vida de otorgamiento de
su Hijo, que vivió en la tierra el ideal de la vida espiritual. Es el Ajustador
residente, quien individualiza el amor de Dios para cada alma humana” 40
El mundo está como está,
porque nos hemos olvidado “que el verdadero Dios, no está lejos, que es parte
de nosotros, su espíritu habla desde dentro de nosotros”45 sólo tenemos que
aquietar nuestra alma, para escuchar lo mucho, que tiene que decirnos en forma
particular y no a través de terceros, porque la verdadera religión es “la
actitud de un alma individual, en sus relaciones conscientes con el Creador”
1603 porque lo que tú tienes que decirle a Dios, no es lo mismo que yo necesito
de El por tanto, las respuestas de Dios son también diferentes, para cada ser
humano.
Y estas relaciones, no son
las de un siervo hacia su señor, sino las que tiene un buen padre con su hijo,
son de amor y de respeto por su individualidad, pues “cada ser humano, define
la religión en términos de su propia interpretación experiencial, de los
impulsos divinos, que emanan del Espíritu de Dios, que en él reside y por lo
tanto esta interpretación debe ser única y totalmente distinta de la filosofía
religiosa de todos los demás seres humanos.” 1130
Jesús no nos pide
uniformidad, sino por el contrario, el nos pide que “no seamos dogmatizados y
estandarizados según las interpretaciones religiosas de los hombres, incluso de
los hombres buenos” 1591
Cuando Dios deja de estar en
los altares o en lugares determinados, comenzamos a “sentirlo” en nuestro
propio corazón donde debería estar siempre, y con quién deberíamos tener el
trato y la confianza para conversar con él con el corazón abierto, para ser
capaces de contarle nuestras cuitas, con la sencillez que un niño conversa con
su padre.
Habitualmente, recurrimos a
Dios, para pedirle su ayuda, está bien hacerlo pero “no debemos ser tan
perezosos, como para pedir a Dios que solucione nuestras dificultades, más
bien, no debemos vacilar en pedirle sabiduría y fuerza espiritual para que nos
guíe y sostenga, mientras atacamos con resolución y valor los problemas que
enfrentamos” 999
Pero ¿por qué recurrir a El
sólo para que nos ayude? ¿Por qué no hacerle también partícipe de nuestros
proyectos, de nuestros triunfos, de nuestras alegrías?
A un padre, a un amigo no
sólo le contamos lo negativo de nuestras vidas, sino que nos nace conversar con
él de nuestra contingencia diaria, eso es lo debiéramos hacer con Dios,
incorporarlo a nuestra vida cotidiana como se hace con un amigo, porque El es
el mejor de todos ellos.
Nuestra vida espiritual
comienza a hacerse operativa, real y eficaz, cuando logramos tener “amistad con
Dios” porque ella es, ese sentimiento de afecto desinteresado, sincero y
personal que nace y se fortalece con el trato, y esta es la propuesta que nos
ofrece la Quinta Revelación, en nuestra comunicación con Dios a través de la
religión personal, porque ella “es válida, solo cuando revela la paternidad de
Dios e intensifica la hermandad de los hombres” 1572
La amistad no se impone, se
escoge, por eso debemos buscar la amistad con Dios, en nosotros y por nuestros
propios medios, no basta que nos digan que la Verdad esta allí o acá, esa puede
ser una referencia, pero quien debe de encontrarlo es cada uno y cuando lo
encontremos en la rosa del jardín, en la piedra que nos hizo tropezar, en el
hermano que nos ofendió...es porque Dios nos ha encontrado primero y nosotros
lo hemos descubierto.
No más un Dios lejano y ajeno
a nuestra vida cotidiana, no más un Dios inalcanzable para nuestra pobre
naturaleza animal. No más, porque Jesús se hizo carne, para ser uno de nosotros
y mostrarnos el camino hacia el Padre y “un padre amante, no aterroriza a sus
hijos, para conseguir que obedezcan sus exigencias justas” 1766
“No sólo existe la criatura
en Dios, sino que también Dios vive en la criatura. Sabemos que en él moramos,
porque vive en nosotros, nos ha dado su Espíritu. El don del Padre del Paraíso,
es el compañero inseparable del hombre. Es el Dios siempre presente y que lo
abarca todo. El espíritu del Padre sempiterno, se oculta en la mente de todos
los hijos mortales. El hombre sale a buscar a un amigo y ese mismo amigo, vive
dentro de su propio corazón” 45
Busquemos ese coloquio
familiar con Dios, en medio de nuestras tareas diarias, nos sorprenderá
gratamente como nuestra vida cambia, porque con Dios ¡todo es posible! Lo que
antes se nos hacía cuesta arriba, nos será más fácil de realizar, porque
sentiremos que El aprieta nuestra mano y nos dice ¡ESTOY CONTIGO!
Yolanda Silva Solano
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