“SI
PERJUDICAS A TU PRÓJIMO, TE ENCADENAS”
Saludo amigo, saludo prójimo, saludo
hermano. Prójimo, claro que sí, tú eres mi prójimo, yo soy tu prójimo.
¿Porqué prójimo?
Viene de próximo y próximo son las personas que son próximas a ti.
Tu esposa (o esposo) tus hijos, tu padre, tu madre, tus hermanas, tu familia, tus amigos,
tus compañeros de trabajo, el panadero, el carpintero, el chofer de bus, todas
las personas con quienes te encuentras en el transcurso de tu vida, son tus
prójimos, están próximos a ti.
Un hombre no puede ser una isla, un hombre no puede aislarse.
No puede vivir sólo. ¿Puedes vivir sólo?
Muy pocas personas pueden vivir solas, necesitamos al próximo,
necesitamos al prójimo y como voy a suponer que tienes todavía muchos años por
vivir y a lo largo de todos los días de tu vida, te vas a encontrar con tus
prójimos.
Entonces: ¿Cómo vivir con el prójimo, cómo tratar al
prójimo?
Se convierte en uno de los puntos más importantes, para el bienestar
de una persona. Un ser que no se lleva bien con sus prójimos, es un ser desgraciado, un ser que vive en paz y
armonía con todas las personas que conoce, con todas las personas que se
encuentra, es un ser poderoso, es tranquilo, que
puede hacer, es un ser libre.
El noveno y el décimo Principio son los dos Principios, uno masculino y otro, femenino,
uno en positivo y uno en negativo,
que han provisto los Maestros Superiores, el Creador del Cosmos,
para que tú puedas llegar a esa armonía con tu prójimo, es el Principio y los Principios porque son el noveno y el décimo, para la
liberación tuya, dicen lo siguiente: “Si perjudicas a tu prójimo, te encadenas”,
“Si perjudicas a tu prójimo, te encadenas”.
Esa es la primera parte de ese principio,
el noveno.
Bueno, me dirás, -yo no quiero perjudicar a ningún
prójimo- Por supuesto que no, nadie quiere perjudicar conscientemente a nadie. Conscientemente, estando despierto y alerta,
no podemos hacerle daño a nadie, no le hacemos daño a nadie. Inconscientemente,
si podemos hacerle daño a muchas personas.
“Si perjudicas a tu prójimo, te encadenas” ¿Porqué es eso? ¿Porqué
es eso?
Es por una ley sacrosanta. Una de las leyes que estructuran nuestro universo que dice “Que toda
causa tiene sus efectos, toda causa tiene sus efectos”.
“Todo lo que le haces al prójimo bueno o malo, volverá a ti. Volverá
a ti multiplicado con creces. Lo hiciste bien,
volverá a ti por Ley de causa y efecto. Le hiciste daño, le perjudicaste,
volverá a ti multiplicado.
¿Verdad que te ha sucedido en el pasado?
Esa es la Ley de causa y efecto que da a Luz a este Principio para la relación entre los hombres.
“Si perjudicas a tu prójimo, te encadenas” “Si perjudicas a los demás, te encadenas”
Debes estar alerta a aquella parte que está dentro de ti Aquella parte egoísta. Aquella parte egoísta que quiere todas las cosas para sí misma. Tienes que estar alerta a esa parte en ti. Tienes que descubrirla. Hay una entidad egoísta dentro de nosotros, que
tiene necesidades, que tiene miedos y que tiene temores. Quiere todas las cosas para sí y cuando esa parte manda en
nosotros, nos lleva a perjudicar a los
demás.
Amigo: la vida es una. tu vida, lo que tú eres y lo que es tu
prójimo, es la misma cosa. Lo que
tú le haces al prójimo, lo estás haciendo a ti mismo. Esa
es la clave secreta: Todos somos
UNO.
Si nos vamos a fijar en nuestros sentidos físicos, decimos que Juan
es Juan y yo soy yo, pero, raras veces
estamos conscientes que la vida que está en Juan, es la misma vida que está en mí y cómo lo único
real no son los cuerpos, es la vida. Saca tus conclusiones.
Así que el enemigo a combatir no
es el prójimo, el prójimo se comporta contigo como reflejo de lo que tú te has
comportado con él. Si él piensa mal de ti, es porque tú, sin darte cuenta,
estás alerta contra él y piensas mal de él. Si él te perjudica, quiere decir
que tú lo has perjudicado, esa es una Ley justa e infalible.
Hay una parte en ti que tú no controlas, una parte que te controla a
ti, tu lado izquierdo, ese lado es
egoísta, piensa únicamente en su evolución, únicamente en su comodidad;
únicamente en su bienestar. Es implacable y para lograr todos sus propósitos
actúa egoistamente y no le importa perjudicar a los demás. Es una parte de
nosotros que quiere hacer lo que le da la gana, es más, esa parte es tan ciega, que no ve a los
demás. Para esa parte de nosotros,
no existen los demás. No existen. No existen.
Así que vamos a empezar a trabajar para darnos cuenta, cómo podemos
llevar a esa parte de nosotros bajo
control. Porque es la parte que nos lleva a perjudicar a los demás, sin que
nuestra parte sana lo quiera. Sin que nuestra parte sana, quiera perjudicar.
Tú, yo, cualquiera, conscientemente, no quiere perjudicar a nadie.
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