“EL IR CONTRA LA EVOLUCIÓN DE LAS COSAS
ES IR CONTRA TÍ MISMO”.

“El Todo está en todo
y todas las cosas están en el Todo”.

“Si te empeñas y ayudas a las cosas a evolucionar
-cada cual según su patrón-
estarás evolucionando tú mismo.”




miércoles, 24 de marzo de 2010

PRINCIPIO DE UNIÓN

Por Eliashar

“TRATA A LOS DEMÁS COMO QUIERES QUE TE TRATEN.”

            Ese es el décimo principio de tu liberación, la décima puerta que tendrías que cruzar para lograr tu liberación final sobre las circunstancias de la vida, sobre todas las demás situaciones.

TRATA A LOS DEMÁS COMO QUIERAS QUE TE TRATEN.

¿Qué quiere decir eso concretamente? Tratar a los demás como queremos que nos traten.  Sencillo,
¿Cómo quieres que te traten los demás?
Un ejemplo: Tómate un papel y lápiz, empieza a reflexionar: ¿cómo quieres que te trate tu esposa? Toma nota, quieres que sea afectuosa, cariñosa, comprensiva, amable, voluntariosa, ¿cómo quieres tú que ella te trate a ti?
Detállalo al máximo que puedas. Cómo quieres que tu esposa te trate. Luego, hazlo con tus hijos, cómo quieres que te traten tus hijos, ¿qué esperas de ellos?  qué clase de trato quieres que tengan contigo.
Anótalo. Cómo quieres que te trate tu amigo Juan Pérez, el otro amigo, y el otro. ¿Cómo quieres que te trate tu jefe, tu socio, tus compañeros de trabajo? ¿Qué esperas tú de ellos, qué clase de trato quieres que tengan hacia ti?
¿CÓMO QUIERES QUE TE TRATE LA VIDA?
¿Cómo quieres que te traten tus padres?  Y así sucesivamente.
Tienes que hacer este análisis durante 14 días. Todos los días dedícale un tiempo y hazte sencillamente la siguiente pregunta: ¿Cómo quiero que me trate Fulano, Zutano, Perencejo? Y anota. Tienes que anotarlo.
El principio dice, que trates a los demás como quieres que te traten. Después de haber anotado y apuntado el trato que quieres recibir de los demás, ponte el propósito de actuar y de hacer con ellos exactamente lo que tú quieres. Si tú quieres paciencia hacia ti, de parte de tu esposa, empieza a tratarla pacientemente, empieza tú por tratarla pacientemente. Por ley de causa y efecto, ella tendrá  que tratarte de igual manera. Lo que tú depositas como tu trato en tu prójimo, con los demás, ellos te lo devolverán a ti multiplicado con creces. 
O sea, que tienes en tus manos en este momento,  la posibilidad de crearte un mundo nuevo, el crearte el futuro que tú quieres, está en tus manos.  Da tú el primer paso. Sé inteligente. No esperes que tu esposa sea comprensiva por sí misma. Indúcela a la comprensión,  indúcela hacia la paciencia.
Cada ser humano, compañero de viajes,  tiene dentro de él todos los atributos de su Creador.  En cada ser humano hay cariño, amor, afecto, bondad, armonía, inteligencia, comprensión, voluntad, lo tenemos todos dentro de nosotros mismos. También, dentro de nosotros, está el egoísmo,  está la violencia, está el mal genio.  Dentro de nosotros está todo lo bueno y todo lo malo que hay en este mundo.  Grábate esto en la mente, compréndelo.  Toma conciencia de ese hecho.  Luego, decide sacarle lo mejor a los demás.  Decide sacarle lo mejor a los demás.
Tú puedes hacer que tu esposa se violente,  tú lo sabes muy bien,  como puedes hacer que tu esposa sea bondadosa. Trátala como tú quieres que ella te trate.
A ver si está claro amigo,  la fórmula es muy sencilla: Cada ser humano tiene dentro de él, todas las virtudes, todas las bondades de su Creador, y tiene toda la basura que hemos heredado de este mundo: el egoísmo, la vanidad, el orgullo, la soberbia,  la desconsideración.  Según tu comportamiento, ellos van a reaccionar.
ESA ES LA LEY: LA LEY DE ACCIÓN Y REACCIÓN.
TU COMPORTAMIENTO HACIA LOS DEMÁS ES LA “ACCIÓN”, ELLOS VAN A “REACCIONAR” CON LA MISMA MONEDA, NO PUEDE SER DE OTRA MANERA, ESA ES LA LEY DE VIDA.
¿Qué quiero de Juan Pérez? ¿Cómo quiero que él me trate a mi? Yo no quiero que nadie me mienta, entonces me pongo el propósito de decirles la verdad a los demás, de ser veraz en mi palabra, en mis actos. Quiero que tengan buena fe, actúo con buena fe. Quiero que tengan buena voluntad, actúo con buena voluntad,  pero no al azar, no son palabras, eso obedece a un plan concreto. Tú tienes que tomar nota de todas las personas con quien te cruzas a diario, y tienes que sacarle lo mejor,  las mejores virtudes, las mejores cualidades que yacen dentro de ellos. Si tú has hecho el análisis que está en esta parte del cassete, si tú has anotado conciente y claramente el trato que tú quieres recibir de cada una de las personas con quien te encuentras, te pones el propósito, empiezas a trabajar conscientemente.
Ejemplo. Hoy tú dices: le voy a sacar la bondad a mi esposa, hoy voy a actuar consideradamente con mi socio, hoy voy a escuchar a Juan Pérez, y así sucesivamente,  es cuestión de proponerte metas diarias en tu relación con cada uno de ellos, y esperar, esperar.
Ahora: ¿Cuales son los obstáculos para hacer eso? A ver ¿cuáles son los problemas que te puedes conseguir en tu camino para realizar este plan y por ende, armonizar tu relación con los demás? 
Sencillamente, una sola cosa: se llama “buena voluntad”. Debes desarrollar la buena voluntad,  la buena voluntad. Eso quiere decir, tener buena intención,  desear lo mejor en tu relación con los demás. Y la buena voluntad nacerá en ti, siempre y cuando borres de tu mente, borres de tu memoria, borres de tu recuerdo, todas las situaciones conflictivas con esas personas en el pasado.
¿CÓMO SE HACE ESTO? 
I)                    Una vez al día, cierras los ojos, te relajas,  dedicas a esto cinco minutos,  cinco minutos. Proyecta en tu visión creadora, en tu pantalla mental,  la imagen de la persona con quien quieres tratar, y ve con los ojos de tu imaginación, la armonía en el trato.  Ve en  tu mente que ya, todos los problemas del pasado, se han eliminado. Estréchale las manos. Dale un abrazo,  y velo, en la pantalla de tu mente, que se está comportando, y tratándote con armonía, paz y equilibrio.  Y que tú también estás haciendo lo mismo.  Todo eso por supuesto, en tu pantalla mental, en tu pantalla mental.
II)                  Luego, haz otro ejercicio: Una vez al día, en tu baño, frente al espejo, te miras en el espejo, sonríe, sonríe. Tienes que relajar todos los músculos de tu cara, y tienes que aprender a sonreír. Practica el sonreír con bondad, con buena voluntad, con amabilidad, en armonía. Observa los músculos de tu cara, las facciones de tu rostro; observa mientras lo haces la mirada de tus ojos,  ¿qué reflejan?  Puede ser que tienes una sonrisa, pero a lo mejor tus ojos  están llenos de ira, eso sucede. Normalmente en nuestro trato con los demás, nosotros no nos damos cuenta de ese hecho, porque dentro de nosotros, está aquella parte de nosotros, la que nos echa a perder todas nuestras relaciones. ¿Cuántas veces amigo, no te ha sucedido de irte al encuentro de una persona, cuantas veces no te ha sucedido que te acercaste a decirle a tu esposa que la quieres, que la necesitas, que la amas,  y…. lo único que te ha salido es un gesto de desconsideración,  de impaciencia, o una crítica cualquiera? ¿Cómo ha sucedido eso?
Sencillamente, la otra parte de nosotros que nos domina,  se manifiesta a través de los ojos, los demás no saben que tenemos la mejor intención de ir hacia ellos. Ellos lo único que perciben y ven, es a través de los ojos, es a través de nuestra mirada y las facciones de nuestra cara.
Así que primero, haz el ejercicio de la proyección mental. Todo tu nuevo trato con los demás, visualízalo diariamente en tu pantalla mental.
El segundo paso, es practicar la sonrisa bondadosa,  amable y cariñosa frente al espejo.  El acostumbrar a los músculos de la cara a relajarse, y a verse a sí mismo con ojos llenos de buena vibración, de luz y de buena voluntad.   
III)                El tercer punto, es la meditación.  Durante muchos meses, cuando tengas la oportunidad,  fíjate el propósito de meditar acerca del comportamiento de los demás.  Hazte la pregunta: ¿Por qué Fulano me trata de la siguiente manera?  ¿Por qué mi esposa está así?
Verás amigo, somos seres humanos y nuestra comprensión y nuestra inteligencia no llegan lejos, lamentablemente.  Nosotros, raras veces nos ponemos en los zapatos de otra persona, raras veces nos ponemos en su puesto, raras veces, sabemos qué aqueja de verdad a su corazón. Puede tener malestares físicos, conflictos, problemas, obstáculos, problemas económicos.
Tú sabes muy bien, toma tu propio ejemplo.
¿Cuántas y cuántas cosas no nos aquejan?  Lo que pasa es que no estamos conscientes de ese hecho.  Cuando vamos a tratar con los demás, lo único que esperamos de ellos es que nos carguen sobre sus hombros, que nos mimen, que nos cuiden, que nos amen,  y la mayoría de las veces, no sucede así,  entonces les echamos la culpa. Así no debe ser amigo. Todos los corazones están apretujados, angustiados,  las personas y los seres humanos tienen depresiones, hay problemas que aparentemente son insolubles, y nuestro deber es comprender ese hecho. Viene alguien hacia ti y lo ves de mal genio, no le pidas un comportamiento maravilloso, el comportamiento de un hombre libre,  al contrario, tienes que ponerte en sus suelas, tienes que ir hacia él, tienes que comprender que alguna cosa lo aqueja, por algo está así. Entonces, sonríele, con esa misma sonrisa que tú practicaste todos los días. Muéstrale tu buena voluntad, escúchalo. 
Cuando tú estás aquejado amigo, cuando tú tienes problemas y vas hacia alguien, ¿qué clase de trato solicitas?  ¿No te gustaría que el otro te sonría? ¿No te gustaría que la otra persona te comprenda? ¿No te gustaría que la otra persona, te escuche, con atención? ¿Qué se olvide de sí mismo, y que en aquel momento te atienda? Pues haz lo mismo con los demás. Toma conciencia. Nuestro mundo, nuestra vida, es lo suficientemente angustiosa,  tenemos graves problemas y muy pocas personas  han logrado la liberación y la solución a sus problemas.
            Hay que comprender ese hecho. 
No hay que ser exigente.
Tú, que estás en vías de comprender, exige de ti mismo, el más maravilloso comportamiento hacia los demás. Ellos te responderán, aprenderán por tu ejemplo,  tú les estarás dando la pauta del cómo. 


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