“TRATA A LOS DEMÁS COMO QUIERES QUE TE TRATEN.”
Ese es el décimo principio de tu
liberación, la décima puerta que tendrías que cruzar para lograr tu liberación
final sobre las circunstancias de la vida, sobre todas las demás situaciones.
TRATA A LOS DEMÁS COMO QUIERAS QUE TE TRATEN.
¿Qué quiere decir eso concretamente?
Tratar a los demás como queremos que nos traten. Sencillo,
¿Cómo quieres que te traten los
demás?
Un ejemplo: Tómate un papel y lápiz,
empieza a reflexionar: ¿cómo quieres que te trate tu esposa? Toma nota, quieres
que sea afectuosa, cariñosa, comprensiva, amable, voluntariosa, ¿cómo quieres
tú que ella te trate a ti?
Detállalo al máximo que puedas. Cómo
quieres que tu esposa te trate. Luego, hazlo con tus hijos, cómo quieres que te
traten tus hijos, ¿qué esperas de ellos? qué clase de trato quieres que tengan contigo.
Anótalo. Cómo quieres que te trate tu
amigo Juan Pérez, el otro amigo, y el otro. ¿Cómo quieres que te trate tu jefe,
tu socio, tus compañeros de trabajo? ¿Qué esperas tú de ellos, qué clase de trato
quieres que tengan hacia ti?
¿CÓMO QUIERES QUE TE TRATE LA VIDA?
¿Cómo quieres que te traten tus
padres? Y así sucesivamente.
Tienes que hacer este análisis
durante 14 días. Todos los días dedícale un tiempo y hazte sencillamente la
siguiente pregunta: ¿Cómo quiero que me trate Fulano, Zutano, Perencejo? Y
anota. Tienes que anotarlo.
El principio dice, que trates a los
demás como quieres que te traten. Después de haber anotado y apuntado el trato
que quieres recibir de los demás, ponte el propósito de actuar y de hacer con
ellos exactamente lo que tú quieres. Si tú quieres paciencia hacia ti, de parte
de tu esposa, empieza a tratarla pacientemente, empieza tú por tratarla
pacientemente. Por ley de causa y efecto, ella tendrá que tratarte de igual manera. Lo que tú
depositas como tu trato en tu prójimo, con los demás, ellos te lo devolverán a
ti multiplicado con creces.
O sea, que tienes en tus manos en
este momento, la posibilidad de crearte
un mundo nuevo, el crearte el futuro que tú quieres, está en tus manos. Da tú el primer paso. Sé inteligente. No
esperes que tu esposa sea comprensiva por sí misma. Indúcela a la
comprensión, indúcela hacia la
paciencia.
Cada ser humano, compañero de
viajes, tiene dentro de él todos los
atributos de su Creador. En cada ser
humano hay cariño, amor, afecto, bondad, armonía, inteligencia, comprensión,
voluntad, lo tenemos todos dentro de nosotros mismos. También, dentro de
nosotros, está el egoísmo, está la
violencia, está el mal genio. Dentro de nosotros está todo lo bueno y
todo lo malo que hay en este mundo. Grábate esto en la mente, compréndelo. Toma conciencia de ese hecho. Luego, decide sacarle lo mejor a los demás. Decide sacarle lo mejor a los demás.
Tú puedes hacer que tu esposa se
violente, tú lo sabes muy bien, como puedes hacer que tu esposa sea bondadosa.
Trátala como tú quieres que ella te trate.
A ver si está claro amigo, la fórmula es muy sencilla: Cada ser humano
tiene dentro de él, todas las virtudes, todas las bondades de su Creador, y
tiene toda la basura que hemos heredado de este mundo: el egoísmo, la vanidad,
el orgullo, la soberbia, la
desconsideración. Según tu
comportamiento, ellos van a reaccionar.
ESA ES LA LEY:
LA LEY DE ACCIÓN Y REACCIÓN.
TU COMPORTAMIENTO HACIA LOS DEMÁS ES
LA “ACCIÓN”, ELLOS VAN A “REACCIONAR” CON LA MISMA MONEDA, NO
PUEDE SER DE OTRA MANERA, ESA ES LA LEY
DE VIDA.
¿Qué quiero de Juan Pérez? ¿Cómo
quiero que él me trate a mi? Yo no quiero que nadie me mienta, entonces me
pongo el propósito de decirles la verdad a los demás, de ser veraz en mi
palabra, en mis actos. Quiero que tengan buena fe, actúo con buena fe. Quiero
que tengan buena voluntad, actúo con buena voluntad, pero no al azar, no son palabras, eso obedece
a un plan concreto. Tú tienes que tomar nota de todas las personas con quien te
cruzas a diario, y tienes que sacarle lo mejor,
las mejores virtudes, las mejores cualidades que yacen dentro de ellos.
Si tú has hecho el análisis que está en esta parte del cassete, si tú has
anotado conciente y claramente el trato que tú quieres recibir de cada una de
las personas con quien te encuentras, te pones el propósito, empiezas a
trabajar conscientemente.
Ejemplo. Hoy tú dices: le voy a sacar
la bondad a mi esposa, hoy voy a actuar consideradamente con mi socio, hoy voy
a escuchar a Juan Pérez, y así sucesivamente,
es cuestión de proponerte metas
diarias en tu relación con cada uno de ellos, y esperar, esperar.
Ahora: ¿Cuales son los obstáculos
para hacer eso? A ver ¿cuáles son los problemas que te puedes conseguir en tu
camino para realizar este plan y por ende, armonizar tu relación con los
demás?
Sencillamente, una sola cosa: se
llama “buena voluntad”. Debes
desarrollar la buena voluntad, la buena
voluntad. Eso quiere decir, tener buena intención, desear lo mejor en tu relación con los demás.
Y la buena voluntad nacerá en ti, siempre y cuando borres de tu mente, borres
de tu memoria, borres de tu recuerdo, todas las situaciones conflictivas con
esas personas en el pasado.
¿CÓMO SE HACE ESTO?
I)
Una
vez al día, cierras los ojos, te relajas,
dedicas a esto cinco minutos,
cinco minutos. Proyecta en tu visión creadora, en tu pantalla mental, la
imagen de la persona con quien quieres tratar, y ve con los ojos de tu
imaginación, la armonía en el trato. Ve
en tu mente que ya, todos los problemas
del pasado, se han eliminado. Estréchale las manos. Dale un abrazo, y velo, en la pantalla de tu mente, que se
está comportando, y tratándote con armonía, paz y equilibrio. Y que tú también estás haciendo lo
mismo. Todo eso por supuesto, en tu
pantalla mental, en tu pantalla mental.
II)
Luego,
haz otro ejercicio: Una vez al día, en tu baño, frente al espejo, te miras en
el espejo, sonríe, sonríe. Tienes que
relajar todos los músculos de tu cara, y tienes que aprender a sonreír. Practica
el sonreír con bondad, con buena voluntad, con amabilidad, en armonía. Observa
los músculos de tu cara, las facciones de tu rostro; observa mientras lo haces
la mirada de tus ojos, ¿qué
reflejan? Puede ser que tienes una
sonrisa, pero a lo mejor tus ojos están
llenos de ira, eso sucede. Normalmente en nuestro trato con los demás, nosotros
no nos damos cuenta de ese hecho, porque dentro de nosotros, está aquella parte
de nosotros, la que nos echa a perder todas nuestras relaciones. ¿Cuántas veces
amigo, no te ha sucedido de irte al encuentro de una persona, cuantas veces no te
ha sucedido que te acercaste a decirle a tu esposa que la quieres, que la
necesitas, que la amas, y…. lo único que
te ha salido es un gesto de desconsideración,
de impaciencia, o una crítica cualquiera? ¿Cómo ha sucedido eso?
Sencillamente, la otra parte de
nosotros que nos domina, se manifiesta a
través de los ojos, los demás no saben que tenemos la mejor intención de ir
hacia ellos. Ellos lo único que perciben y ven, es a través de los ojos, es a
través de nuestra mirada y las facciones de nuestra cara.
Así que primero, haz el ejercicio de
la proyección mental. Todo tu nuevo trato con los demás, visualízalo
diariamente en tu pantalla mental.
El segundo paso, es practicar la
sonrisa bondadosa, amable y cariñosa
frente al espejo. El acostumbrar a los
músculos de la cara a relajarse, y a verse a sí mismo con ojos llenos de buena
vibración, de luz y de buena voluntad.
III)
El tercer punto, es la meditación. Durante muchos meses, cuando tengas la
oportunidad, fíjate el propósito de
meditar acerca del comportamiento de los demás.
Hazte la pregunta: ¿Por qué Fulano me trata de la siguiente manera? ¿Por qué mi esposa está así?
Verás amigo, somos seres humanos y
nuestra comprensión y nuestra inteligencia no llegan lejos,
lamentablemente. Nosotros, raras veces
nos ponemos en los zapatos de otra persona, raras veces nos ponemos en su
puesto, raras veces, sabemos qué aqueja de verdad a su corazón. Puede tener
malestares físicos, conflictos, problemas, obstáculos, problemas económicos.
Tú sabes muy bien, toma tu propio
ejemplo.
¿Cuántas y cuántas cosas no nos aquejan? Lo que pasa es que no estamos conscientes de
ese hecho. Cuando vamos a tratar con los
demás, lo único que esperamos de ellos es que nos carguen sobre sus hombros,
que nos mimen, que nos cuiden, que nos amen,
y la mayoría de las veces, no sucede así, entonces les echamos la culpa. Así no debe
ser amigo. Todos los corazones están apretujados, angustiados, las personas y los seres humanos tienen
depresiones, hay problemas que aparentemente son insolubles, y nuestro deber es
comprender ese hecho. Viene alguien hacia ti y lo ves de mal genio, no le pidas
un comportamiento maravilloso, el comportamiento de un hombre libre, al contrario, tienes que ponerte en sus
suelas, tienes que ir hacia él, tienes que comprender que alguna cosa lo aqueja,
por algo está así. Entonces, sonríele, con esa misma sonrisa que tú practicaste
todos los días. Muéstrale tu buena voluntad, escúchalo.
Cuando tú estás aquejado amigo,
cuando tú tienes problemas y vas hacia alguien, ¿qué clase de trato
solicitas? ¿No te gustaría que el otro
te sonría? ¿No te gustaría que la otra persona te comprenda? ¿No te gustaría
que la otra persona, te escuche, con atención? ¿Qué se olvide de sí mismo, y
que en aquel momento te atienda? Pues haz lo mismo con los demás. Toma
conciencia. Nuestro mundo, nuestra vida, es lo suficientemente angustiosa, tenemos graves problemas y muy pocas
personas han logrado la liberación y la
solución a sus problemas.
Hay que comprender ese hecho.
No hay que ser exigente.
Tú, que estás en vías de comprender, exige de ti mismo, el más maravilloso
comportamiento hacia los demás. Ellos te responderán, aprenderán por tu
ejemplo, tú les estarás dando la pauta
del cómo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario