“EL IR CONTRA LA EVOLUCIÓN DE LAS COSAS
ES IR CONTRA TÍ MISMO”.

“El Todo está en todo
y todas las cosas están en el Todo”.

“Si te empeñas y ayudas a las cosas a evolucionar
-cada cual según su patrón-
estarás evolucionando tú mismo.”




martes, 23 de marzo de 2010

PRINCIPIO DE EVOLUCIÓN. ELIASHAR.


PRIMER PRINCIPIO

EVOLUCIÓN:
“EL IR CONTRA LA EVOLUCIÓN DE LAS COSAS
ES IR CONTRA UNO MISMO”




Buenos días, buenos días, compañero de vida, compañero de sendero...."
EL PRINCIPIO DE EVOLUCIÓN es "... uno de los Principios más importantes que rigen el comportamiento humano. Con la ayuda de este Principio habrá Luz en tu sendero. Así que estate atento, y reflexiona cada palabra, cada frase de este mensaje. Escúchalo, medítalo, reflexiónalo una y otra vez, hasta que su contenido se convierta en parte de ti mismo, y se convierta en tu manera habitual de encarar la vida; que te sea hasta instintivo, automático.
EL IR CONTRA LA EVOLUCIÓN DE LAS COSAS ES IR CONTRA TÍ MISMO”.
Si vas contra la evolución de las personas, cosas, situaciones, eventos que hay en el mundo, estarás yendo contra tí mismo.
Ese Principio está basado en una Ley Cósmica, la Ley más importante que rige el Universo. Es la Ley que dice que el Creador está en toda Su Creación. Como el Creador ha creado todo lo que hay, ahí está Él presente, en cada partícula, en cada átomo de Su Creación.El Todo está en Todo y el Todo está en todas las cosas”. Es por eso básicamente, que si vas contra la evolución de las cosas, estás yendo contra tí mismo.
La Vida es una, y late en todos los Reinos del Cosmos: late en el Reino Mineral, el Reino Vegetal, el Reino Animal, los Planetas, los Soles, en el Agua, en el Fuego. Donde quieras poses tu mirada ahí hay Movimiento; el Movimiento es Vida y la Vida evoluciona. La Vida es UNA. El mismo impulso de Vida que sientes en tu pecho, en tu corazón, la misma conciencia que late en ti, está en la piedra, está en el animal, está en las demás personas, está en los árboles. Y la vida evoluciona de formas imperfectas hacia formas perfectas, de lo más denso a lo más sutil, de lo más material a lo más espiritual; por eso, si frenas la evolución de cualquier partícula de vida, estarás frenando la evolución de la misma vida que late en tí.
Ahora bien:
¿Cómo puede ese principio ser llevado a cabo en la vida moderna que llevamos?
Sencilla y llanamente, reflexiona conmigo: Si el Principio dice que “el Ir contra la evolución de las cosas es ir contra ti mismo”, está diciendo, en otras palabras:
Si te empeñas y ayudas a las cosas a evolucionar cada cual según su patrón, estarás evolucionando tú mismo.”
¿No es así?
O sea: Si tú ayudas a otras formas de vida a evolucionar. ¿No estarías acaso ayudando a la misma partícula de vida que late en ti, que es una con las demás, a evolucionar también?
¿Sencillo, verdad?
Muy bien amigo. Vamos a ver cuáles son los obstáculos que podemos encontrarnos en el camino para llevar a cabo ese Principio.
El primero y principal es que vamos, desde el momento de nuestro nacimiento, pensando que somos una entidad separada, que yo soy yo, y Pedro es Pedro y Juan es Juan, que yo no tengo nada que ver con el Sol, con la Luna, con las aguas, con el fuego, con la mata de eucaliptus, con el perro. ¿No es así?
Esa ha sido la educación que hemos recibido. No basta con comprender la idea de que somos uno con todas las cosas, que nuestra vida es la misma vida con los demás. Es preciso, sentirlo. Sentirlo. Es preciso que este sentir entre en cada una de las células que conforman tu mente, tus emociones y tu cuerpo. Es preciso que lo recuerdes paso a paso, a medida que vas avanzando en la vida.
v Este es el primer obstáculo: el creernos una entidad separada, independiente, individual del conjunto, del todo.
v El segundo obstáculo que conseguiremos en el camino, es que no tenemos presente en la mente, en el espíritu, el que
TODO EVOLUCIONA O INVOLUCIONA.
Si tiro una piedra, se alzará en el aire a medida que dure el impulso de la fuerza que la lanzó..Al terminar ese impulso, caerá. Ascender es evolucionar, descender es involucionar. No puede haber nada estático en el Universo, no hay nada inerte, no hay nada parado, paralizado, todo se mueve, todo vibra; o hacia adelante o hacia atrás. O hacia afuera o hacia adentro. Todo evoluciona o involuciona.



Amigo: Vamos a concentrarnos. Vamos a reflexionar. Vamos a meditar:

Una semilla evoluciona en un árbol. Un niño evoluciona en un hombre. Un perrito evoluciona en un perro mayor y así sucesivamente.

Ideas evolucionan, pensamientos evolucionan, sentimientos evolucionan, situaciones evolucionan.

Usted se casa hoy y puede evolucionar o involucionar. Su unión puede ir hacia fases más avanzadas de vida, o puede involucionar y degradarse hasta el infinito.

Usted puede empezar una actividad hoy, un trabajo. Puede empeñarse, esforzarse y seguir la evolución de su trabajo, como muy bien puede involucionar. Dentro de nuestro pequeño mundo, esa es la lucha de todos los días. 

            Estamos compuestos por tres entidades, básicamente: mente, emociones y cuerpo.

Conscientemente, ningún individuo quiere involucionar. Conscientemente, cuando estamos despiertos y nos preguntan, pues todos queremos evolucionar, todos queremos ser mejores personas, mejores trabajadores, mejores profesionales, mejores amigos, mejores padres, mejores hermanos, mejores hijos, tener mayor fortuna, lograr ideas creativas.

            ¿No es así? 

            No obstante, ese deseo de evolucionar está en nuestra mente, y nuestra mente es débil. Por “Ley de dualidad”, se le opone, normalmente nuestro instinto emocional. Nuestro instinto emocional tiene la tendencia de involucionar.  De ir hacia atrás. Verás: 

Ese instinto es perezoso, goloso, justificador, se queda sentado, rehúye el esfuerzo, busca el camino más fácil, tiende a involucionar, y dentro de ti, dentro de mí, dentro de todas las personas, hay esa constante lucha entre nuestra parte que quiere ir adelante y la otra que impulsa para ir atrás. Nuestro cuerpo está en medio de esa batalla, los chispazos que producen las fricciones entre nuestra mente y nuestras emociones, se convierten en debilidad, enfermedades, destruyen nuestros órganos, nos amargan la vida. Nuestro cuerpo soporta esa batalla que sucede dentro de nosotros entre las dos fuerzas. 

            Volviendo a nuestro principio: “El ir contra la evolución de las cosas, es ir contra ti mismo. Eso significa que si tú apoyas la involución de algo externo a tí, le estarás dando fuerza a la parte en tí que involuciona; mientras que si tú ayudas, dentro de tu mundo, a otras formas, seres o personas a evolucionar, estarás apoyando a la parte de tí que quiere evolucionar. 

            ¿Cómo podemos llevar esto a cabo? 

            Las personas que han cruzado por ese sendero hacia la evolución, antes que tú y antes que yo, se han planteado ese gran enigma. Los que cruzaron la barrera y han evolucionado, etapa tras etapa, estación tras estación, nos dejaron los siguientes legados de sus experiencias.

            Antes de seguir me gustaría recomendarte que escucharas la primera parte durante siete días, que meditaras y que reflexionaras. Esa es la primera parte de su legado. Es comprender el principio, comprenderlo a fondo, ver la Luz de ese mismo Principio y porqué es el primero de los doce que dan al hombre la liberación total en su vida y  la máxima evolución a la cual puede llegar.  A menos que sigas ese primer consejo de los que han cruzado por este camino, no valdrá la pena que vayas a hacer lo que sigue.  
Así que sé prudente amigo, sé juicioso. 
Sal de la masa, sé diferente. 
Toma este consejo. 
La única finalidad de él es hacer de ti un hombre libre.





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