La Creación es una IDEA de Dios. El Amor es la única idea total. Esa única Idea total constituye lo que Dios sabe. Dios piensa la única Idea en innumerables partes de innumerables formas. Así el pensar de Dios toma el Saber de Dios y lo separa en aparentes ideas separadas, y a cada una de ellas se les da su forma separada. Eso es exacto lo que tú haces. Tú puedes tener todo el conocimiento de Dios si te vuelves plenamente iluminado, pero en cada comunión con Dios tú adquieres un poquito más cada vez que tu Alma toca el Alma Universal. Entonces lo separas y lo piensas en una forma objetiva. Eso es lo que constituye la Creación de Dios – o la tuya.
Siempre consigues lo que pides, si lo pides con tu Alma en vez de tus sentidos. Si pides con palabras solamente, no recibirás lo que has pedido, porque no le has pedido a Dios - tú solamente se lo has pedido a tus sentidos.
Sin embargo cuando realmente hayas escrito tu deseo en el latido de tu corazón, como nosotros lo hemos hecho automáticamente toda nuestras vidas, de momento a momento, tú sin fallar adquieres el conocimiento que estás buscando. Viene a ti en un flash intemporal en el rítmico lenguaje de Luz que Dios usa para hablar con sus hijos.
Habiendo adquirido así esa parte de la única Idea total, que has pedido en tu corazón, entonces la piensas en la forma de un concepto, imaginándolo en una forma. Esta forma conceptual puede ser difusa o nebulosa en un principio. No acciones mientras esté todavía nebulosa. Descéntrate al cero de la Luz, una y otra vez – entonces concéntrate. Cada vez que te concentres, veras más claramente la imagen en tus inspiradas imaginaciones. Mientras esté todavía en embrión, no la des a luz en el objetivo universo de forma y movimiento. Permanece sobre ella hasta que se vuelva clara a tu visión externa. No pierdas tiempo experimentando. Ve el embrión de ella, mentalmente completa, antes de gastar tiempo en ella físicamente, de otra manera será inmadura, así como el cuerpo de un niño si es que nace embrión.
Si es una venta, ensambla todos los elementos de la venta juntos hasta que puedas visualizar su consumación claramente, antes de acercarte a tu cliente. Si es el tema para una sinfonía, escúchalo completamente en el silencio de tu Alma, antes de darle cuerpo. No importa cual es tu deseo, llévaselo a Dios para darle forma espiritual, antes de que tú le des una forma física. Créalo invisible antes de crearlo visiblemente. Adquiere el hábito constante de buscar el cero de quietud en la Luz, antes de empezar a actuar. Cuando finalmente actúes para dar a tu concepto forma física, mantén tu Alma sintonizada al Alma Universal. Mantente firme en ese éxtasis de regocijo interno que viene de trabajar conscientemente con Dios.
Tu creación quedará terminada en mucho menos tiempo y tú no te cansarás.
Deja que este párrafo se vuelva parte de ti, meditando sobre el incesantemente. Háblale a Dios constantemente en Su rítmico lenguaje de Luz sin palabras. En el momento que te encuentres a ti mismo trabajando con tu ego, para de trabajar, pues las emociones de tu cuerpo de sentidos te hacen consciente de esto y tu trabajo no perdurará sin la Luz de tu Alma en él. Las emociones físicas inmediatamente sofocan las inspiraciones espirituales.
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